Córdoba
Arte
Mudéjar
El arte mudéjar es un estilo artístico que se desarrolla en los reinos
cristianos de la península ibérica, pero que incorpora influencias, elementos o
materiales de estilo hispano-musulmán, es la consecuencia de las condiciones
de convivencia existente de la España medieval y se trata de un fenómeno
exclusivamente hispánico que tiene lugar entre los siglos XII y XVI, como mezcla de las corrientes
artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas de la época y que sirve de
eslabón entre las culturas cristianas y el islam.
Monasterio
de Santa Marta
El monasterio de Santa Marta
está ubicado en la Ajerquía, barrio que corresponde a la antigua ciudad baja y
junto a la Medina conformaban la ciudad árabe. Después de la conquista de Córdoba
en 1236 por Fernando III, en el entramado urbano van surgiendo importantes
construcciones cristianas, iglesias, conventos y monasterios de acuerdo con el
nuevo devenir histórico de la ciudad.
Como ocurre con otras clausuras cordobesas, el origen de Santa Marta está en un beaterio, es decir en un grupo de mujeres, que hacen vida en común, dedicadas a la oración, pero sin regla monástica, ni regulación canónica. Este beaterio se estableció en las casas conocidas como Corral de los Cárdenas, donado por su propietaria, doña Catalina López de Morales en 1455. El Papa Paulo II, por bula dada en 16 de Septiembre de 1464 accede a que el beaterio se convierta en monasterio de jerónimas. Las obras de adaptación del Corral de los Cárdenas para iglesia y convento empezaron en 1461. El edificio era colindante a la casa del Agua, sobre este patrimonio primitivo va surgiendo el monasterio que ha llegado a nuestros días.
Sobre el comienzo y fin de las obras hay diversas opiniones; parece que iniciaron en torno a 1469-70 y se terminaron aproximadamente en 1510. Del arquitecto constructor de la iglesia o maestro mayor sabemos que en 1479 era Gonzalo Rodríguez, padre de Hernán Ruiz I, que comienza las obras de la iglesia, pero que deja inconclusa al fallecer en 1499. Hernán Ruiz I acaba la portada en 1510. El retablo mayor se concertó en 1582 por Andrés de Ocampo.
Como ocurre con otras clausuras cordobesas, el origen de Santa Marta está en un beaterio, es decir en un grupo de mujeres, que hacen vida en común, dedicadas a la oración, pero sin regla monástica, ni regulación canónica. Este beaterio se estableció en las casas conocidas como Corral de los Cárdenas, donado por su propietaria, doña Catalina López de Morales en 1455. El Papa Paulo II, por bula dada en 16 de Septiembre de 1464 accede a que el beaterio se convierta en monasterio de jerónimas. Las obras de adaptación del Corral de los Cárdenas para iglesia y convento empezaron en 1461. El edificio era colindante a la casa del Agua, sobre este patrimonio primitivo va surgiendo el monasterio que ha llegado a nuestros días.
Sobre el comienzo y fin de las obras hay diversas opiniones; parece que iniciaron en torno a 1469-70 y se terminaron aproximadamente en 1510. Del arquitecto constructor de la iglesia o maestro mayor sabemos que en 1479 era Gonzalo Rodríguez, padre de Hernán Ruiz I, que comienza las obras de la iglesia, pero que deja inconclusa al fallecer en 1499. Hernán Ruiz I acaba la portada en 1510. El retablo mayor se concertó en 1582 por Andrés de Ocampo.
La planta del convento se
desarrolla en torno a ocho patios y abarca un extenso solar de proporciones
cercanas al cuadrado, una de cuyas esquinas se encuentra ocupada por el jardín.
La iglesia es de una sola nave ojival, muy sencilla y exenta de adornos, y testero plano. Sólo la capilla mayor tiene en las bóvedas nervios que se cruzan formando una estrella. Posee coros alto y bajo a los pies, correspondientes a la clausura y acceso principal a través de un pórtico lateral que comunica con el patio de entrada al convento. A los pies de la iglesia se halla el patio grande, alrededor del cual se disponen las salas principales, como son el vestíbulo portería de clausura, la sala capitular alta y baja y el refectorio.
La estructura de la iglesia, tanto los volúmenes como los nervios de las bóvedas son de piedra, mientras que los muros son de mampostería con contrafuertes exteriores de ladrillo y en el interior se disponen pilares góticos frenteados con una columnilla, de cantería, que sostienen un arco toral ojival y separan el presbiterio del resto del templo.
La portada de la iglesia está precedida por un nártex con armadura de colgadizo, al que se accede a través de un arco semicircular con alfiz, que da al patio de entrada del convento. La portada es entera de piedra, gótica tardía, de finales del siglo XV y principios del XVI. El vano es un arco deprimido rectilíneo, cobijado por otro arco apuntado con profusa decoración tallada. Sobre ellos se eleva un conopio flanqueado por jimios. La parte superior de la portada, incluido el tímpano, se decora con tracería gótica.
A los pies de la iglesia, en el lado del Evangelio, se alza una sencilla espadaña dieciochesca.
La iglesia es de una sola nave ojival, muy sencilla y exenta de adornos, y testero plano. Sólo la capilla mayor tiene en las bóvedas nervios que se cruzan formando una estrella. Posee coros alto y bajo a los pies, correspondientes a la clausura y acceso principal a través de un pórtico lateral que comunica con el patio de entrada al convento. A los pies de la iglesia se halla el patio grande, alrededor del cual se disponen las salas principales, como son el vestíbulo portería de clausura, la sala capitular alta y baja y el refectorio.
La estructura de la iglesia, tanto los volúmenes como los nervios de las bóvedas son de piedra, mientras que los muros son de mampostería con contrafuertes exteriores de ladrillo y en el interior se disponen pilares góticos frenteados con una columnilla, de cantería, que sostienen un arco toral ojival y separan el presbiterio del resto del templo.
La portada de la iglesia está precedida por un nártex con armadura de colgadizo, al que se accede a través de un arco semicircular con alfiz, que da al patio de entrada del convento. La portada es entera de piedra, gótica tardía, de finales del siglo XV y principios del XVI. El vano es un arco deprimido rectilíneo, cobijado por otro arco apuntado con profusa decoración tallada. Sobre ellos se eleva un conopio flanqueado por jimios. La parte superior de la portada, incluido el tímpano, se decora con tracería gótica.
A los pies de la iglesia, en el lado del Evangelio, se alza una sencilla espadaña dieciochesca.
Iglesia
de San Antonio Abad
La fortaleza de Obejo fue
reconquistada por Fernando III El Santo en 1237, siendo donada seis años
después a Córdoba, en cuya jurisdicción quedó integrada.
Parece ser que la fábrica del templo pudo realizarse entre 1248 y 1251 durante el obispado de D. Pascual. Según el investigador local Eulogio Ricardo Quintanilla, en 1260 la Iglesia de Obejo contribuía con sus diezmos al obispado de Córdoba, constatando que se encontraba plenamente delimitada su feligresía en 1271. Esta primitiva iglesia debe corresponder a la estructura de tres naves que forma hoy la parte destinada a los fieles, siendo ampliada posteriormente, seguramente en el siglo XVI, con la construcción y añadido de un presbiterio de planta cuadrada, reformándose la antigua cabecera para conectar lo nuevo con lo antiguo.
La actual sacristía está alojada en lo que parece ser una torre del castillo cuyo lienzo limita con el presbiterio, lo que explica el giro de éste respecto a la estructura primitiva. Con el tiempo, la fábrica ha sido objeto de sucesivas transformaciones que han ido distorsionando y ocultando su primitiva estructura y organización.
La primera mención documental que se tiene de la parroquia de de Obejo se realiza el 22 de enero de 1461.
Parece ser que la fábrica del templo pudo realizarse entre 1248 y 1251 durante el obispado de D. Pascual. Según el investigador local Eulogio Ricardo Quintanilla, en 1260 la Iglesia de Obejo contribuía con sus diezmos al obispado de Córdoba, constatando que se encontraba plenamente delimitada su feligresía en 1271. Esta primitiva iglesia debe corresponder a la estructura de tres naves que forma hoy la parte destinada a los fieles, siendo ampliada posteriormente, seguramente en el siglo XVI, con la construcción y añadido de un presbiterio de planta cuadrada, reformándose la antigua cabecera para conectar lo nuevo con lo antiguo.
La actual sacristía está alojada en lo que parece ser una torre del castillo cuyo lienzo limita con el presbiterio, lo que explica el giro de éste respecto a la estructura primitiva. Con el tiempo, la fábrica ha sido objeto de sucesivas transformaciones que han ido distorsionando y ocultando su primitiva estructura y organización.
La primera mención documental que se tiene de la parroquia de de Obejo se realiza el 22 de enero de 1461.
El templo se encuentra
situado en el punto más elevado y antiguo de la población, junto a los restos
de lienzos y torres defensivas que pertenecieron al antiguo castillo.
A manera de hipótesis, se podría apuntar la posibilidad de que la propia cabecera del templo estuviese aprovechando una dependencia del castillo o al menos sus muros, pues sus dimensiones son desproporcionadamente grandes respecto al pequeño templo.
Exteriormente la iglesia ofrece una superposición de volúmenes sencillos, destacando en altura la nave central, crucero, cabecera y el chapitel a cuatro aguas que remata la torre, todo ello realizado en sillarejo y ladrillo.
El edificio que se encuentra orientado al noreste, consta de tres naves divididas en cuatro tramos, la central más ancha y alta, separadas entre sí por arcos de medio punto peraltados enmarcados por alfiz y sustentados por columnas con basas y capiteles de acarreo, de origen visigodo y califal. Los arcos de la cabecera terminan sobre pilastras de granito de molduraje clásico unidas por arcos transversales. Este primer tramo crea un espacio similar a un crucero, poniendo en comunicación directa las naves con el presbiterio de planta cuadrada.
La nave central esta cubierta a dos aguas con armadura de madera de par e hilera con tirantas y las laterales en colgadizo. La prolongación de las naves o crucero se cubre con bóvedas de ladrillo baída entre arcos de desigual altura, hoy día se encuentran enlucidas. El presbiterio lo hace con cúpula de ladrillo sobre pechinas de sillares de granito.
Delante de la puerta de entrada, situada en el muro de la Epístola, existe un espacio a modo de crujía paralela a las naves. Este espacio pudo haber sido el atrio o pórtico de entrada. A la izquierda de este lugar de tránsito se sitúa la capilla bautismal a través de la cual se accede a la torre. Este espacio actualmente sirve de zaguán al templo y ha sido compartimentado, relegando el espacio de la derecha para el uso de sacristía.
La torre, situada a los pies de la iglesia, concretamente en el ángulo sureste, es de planta cuadrada en dos cuerpos, realizados en mampostería con fuertes refuerzos de ladrillo. El primer cuerpo es un alto prisma liso con troneras que alija en su interior la escalera de caracol realizada piedra. Éste se encuentra coronado pretil de piedra labrada de granito sobre canes y cornisa de nacela, donde se aprecian las formas de transición entre el gótico y el renacimiento, que aportan al conjunto cierto aire defensivo. El segundo cuerpo es un prisma de planta cuadrada rematado por cornisa y chapitel piramidal a cuarto aguas. Es de menor tamaño que el anterior, estructurado a modo de arco cuadrifonte, donde se ubican las campanas.
La fachada al sureste, donde se abre la entrada, da a una plazuela delimitada con baranda en su perímetro abierto se encuentra cerrada hacia el norte con la casa del párroco adosada al templo.
A manera de hipótesis, se podría apuntar la posibilidad de que la propia cabecera del templo estuviese aprovechando una dependencia del castillo o al menos sus muros, pues sus dimensiones son desproporcionadamente grandes respecto al pequeño templo.
Exteriormente la iglesia ofrece una superposición de volúmenes sencillos, destacando en altura la nave central, crucero, cabecera y el chapitel a cuatro aguas que remata la torre, todo ello realizado en sillarejo y ladrillo.
El edificio que se encuentra orientado al noreste, consta de tres naves divididas en cuatro tramos, la central más ancha y alta, separadas entre sí por arcos de medio punto peraltados enmarcados por alfiz y sustentados por columnas con basas y capiteles de acarreo, de origen visigodo y califal. Los arcos de la cabecera terminan sobre pilastras de granito de molduraje clásico unidas por arcos transversales. Este primer tramo crea un espacio similar a un crucero, poniendo en comunicación directa las naves con el presbiterio de planta cuadrada.
La nave central esta cubierta a dos aguas con armadura de madera de par e hilera con tirantas y las laterales en colgadizo. La prolongación de las naves o crucero se cubre con bóvedas de ladrillo baída entre arcos de desigual altura, hoy día se encuentran enlucidas. El presbiterio lo hace con cúpula de ladrillo sobre pechinas de sillares de granito.
Delante de la puerta de entrada, situada en el muro de la Epístola, existe un espacio a modo de crujía paralela a las naves. Este espacio pudo haber sido el atrio o pórtico de entrada. A la izquierda de este lugar de tránsito se sitúa la capilla bautismal a través de la cual se accede a la torre. Este espacio actualmente sirve de zaguán al templo y ha sido compartimentado, relegando el espacio de la derecha para el uso de sacristía.
La torre, situada a los pies de la iglesia, concretamente en el ángulo sureste, es de planta cuadrada en dos cuerpos, realizados en mampostería con fuertes refuerzos de ladrillo. El primer cuerpo es un alto prisma liso con troneras que alija en su interior la escalera de caracol realizada piedra. Éste se encuentra coronado pretil de piedra labrada de granito sobre canes y cornisa de nacela, donde se aprecian las formas de transición entre el gótico y el renacimiento, que aportan al conjunto cierto aire defensivo. El segundo cuerpo es un prisma de planta cuadrada rematado por cornisa y chapitel piramidal a cuarto aguas. Es de menor tamaño que el anterior, estructurado a modo de arco cuadrifonte, donde se ubican las campanas.
La fachada al sureste, donde se abre la entrada, da a una plazuela delimitada con baranda en su perímetro abierto se encuentra cerrada hacia el norte con la casa del párroco adosada al templo.
Arte
Gótico
Arte gótico es la denominación historiográfica del estilo artístico que se desarrolló en Europa
occidental durante los últimos siglos de la Edad Media,
desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para
Italia), y bien entrado el siglo XVI en
los lugares donde el Gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período
artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente.
Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos
diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más
puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más
horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge
uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales
en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.
Las
Iglesias de las Fernandinas (Iglesias de la Reconquista)
Tras la conquista de Córdoba por
Fernando III el Santo, el 29 de junio de 1236, se edificaron catorce
parroquias, cuyas fechas de construcción pueden encajarse entre mediados del
siglo XIII y principios del XIV. A estos templos se les viene dando el nombre
de "iglesias fernandinas" o "iglesias de la reconquista"
Se trata de edificios de clara influencia cisterciense por
lo que su carácter gótico es muy inicial sin haberse desprendido de un cierto
carácter románico.
Las características fundamentales de
estas construcciones son: Planta de tras naves, con ábsides con bóvedas y
nervios longitudinales y de eje.
Las puertas se pueden considerar tardorrománicas o
protogóticas, de arquivoltas ligeramente apuntadas apoyadas en columnas.
Los muros son todos de piedra y los sillares colocados a
soga y tizón. El interior se articula mediante grandes arcos, apoyados sobre
pilares con columnas. Las cubiertas eran de madera y artesonados de alfarjes.
YLENIA MARTÍNEZ
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