ARTE
TRAS LA REVOLUCIÓN
INDUSTRIAL
EN ANDALUCÍA. (GRANADA)
HISTORICISMOS.
El regionalismo
historicista fue un movimiento arquitectónico que se dio en
Andalucía a finales del siglo XIX y principios del siglo XX hasta el
inicio de la guerra civil.
La arquitectura andaluza desde principios del
siglo XX hasta el estallido de la Guerra Civil, se desenvolvió
dentro de los cauces de un auténtico tradicionalismo estético que
primero giró en torno a la perpetuación de los historicismos
decimonónicos y más tarde tuvo su fundamento en el ideario
regionalista, salvo algunas importantes actuaciones de influencia
modernista (Art Nouveau). La arquitectura andaluza en esa época
vivió preocupada por la recuperación de un pasado artístico,
especialmente el mudéjar y el barroco, considerado como glorioso.
CARMEN DE LOS MÁRTIRES.
Ubicado en la falda
sur de la colina del Mauror, dentro del recinto de La Alhambra, en
los terrenos conocidos hasta el siglo XIV.
Compuesta
de palacete y amplios jardines: un jardín barroco francés, con un
amplio estanque en cuyo centro hay una estatua de Neptuno y rodeado
por otras estatuas que representan las cuatro estaciones; un jardín
"a la inglesa", el Jardín de las Palmeras, con una fuente
de tres pisos y cuadros irregulares de setos rectos y con palmeras;
el Jardín Español, eliminado en 1960; el Jardín Paisajista, el
Lago, con un estanque de riego que la vegetación trata de disimular,
llegando a percibirse como lago, rodeado de dos isletas para patos y
cisnes, la más pequeña, y ajardinada con setos y con un embarcadero
de piedra con una falsa ruina medieval, la mayor; el Patio Nazarí,
de 1944, en el que se copian miméticamente los elementos típicos de
la jardinería nazari.
Según
la tradición, el Carmen
de los Mártires
está construido sobre las antiguas
mazmorras de los cautivos cristianos
en tiempos nazaríes. Una vez que la ciudad fue conquistada por los
Reyes
Católicos
se convirtió en un convento
de Carmelitas
en el que estuvo algunos años como prior San
Juan de la Cruz.
Situado en el Paseo
de los Mártires,
su aspecto actual corresponde al siglo XIX. Llamado por los árabes
"campo
de Ahabul",
el Carmen de los Mártires fue el lugar desde donde Boabdil
partió para hacer entrega de su amada ciudad a los cristianos.
Isabel
la Católica
construyó una ermita en el lugar como recuerdo de ese día. Más
tarde se levantó un convento
y, sobre sus ruinas, un palacete.
Catalogado
como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Jardín
Histórico en 1943.
PALACIO DE
ABRANTES.
El
Palacio de Abrantes o Palacio del Duque de Abrantes se encuentra en
la ciudad española de Granada. Es una
casa
palacio del siglo XVI, remodelada en el siglo XIX.
El espacio que ocupa dentro de esta manzana es una
parcela irregular de reducidas dimensiones con una sola fachada
principal hacia la placeta de Tovar, formando los restantes lados de
la parcela medianeras con otros edificios de la manzana y fachada
interior a un patio de luces en la medianera contraria a la fachada
exterior.
El palacio consta de dos plantas, baja y primera, y se accede a su interior a través de un zaguán con dos salas laterales, a ellas se ingresa por vanos rectangulares con puertas gemelas de madera de una sola hoja decoradas con junquillos que forman motivos de lacería, ambas estancias son de planta rectangular y las cubre un alfarje de doble orden sin decoración sobre zapatas sencillas o calzos de madera que comprende las dos salas y el zaguán.
En el frente del zaguán hay una arco de yesería que reproduce uno nazarí sobre columnas pareadas de mármol blanco que da acceso a un distribuidor con una sala en el lateral izquierdo de planta rectangular cubierta con un alfarje de doble orden de vigas con decoración de estrellas en las calles y que se continúa en el distribuidor.
La escalera es de tres tramos y está cubierta con una armadura ochavada de limas mohamares sobre pechinas planas con el almizate apeinazado y decorado con lazos, al igual que la parte inferior de los faldones y las pechinas.
Las cubiertas del edificio son faldones inclinados de tejas cerámicas curvas hacia la fachada principal y aterrazados hacia el patio interior.
La fachada exterior se estructura en dos plantas. El piso inferior está compuesto por ventanales rectangulares verticales cerrados con rejas y con un friso de arquillos lobulados en la parte superior. Desplazada hacia el lado izquierdo se encuentra la portada principal, de piedra, con vano rectangular enmarcado por dos arcos de medio punto a los que se superponen uno conopial formado por delgados baquetones y flanqueados por pináculos, mientras que a ambos lados se sitúan los escudos de la familia Boabadilla izquierda, y Peñalosa, derecha; el conjunto de la portada se completa con una pilastra gótica con arquillos y capitel de hojas en cada extremo.
En la planta primera se sitúan balcones, más ancho el que cae sobre la puerta central, decoradas en jambas y dintel con molduras. El conjunto se remata por un alero con una cornisa de ladrillo pintada de rojo almagro formando ménsulas planas. En el extremo izquierdo ésta fachada presenta un chaflán en su unión al edifico colindante, y en el extremo derecho se levanta un pequeño cuerpo perpendicular.
El palacio consta de dos plantas, baja y primera, y se accede a su interior a través de un zaguán con dos salas laterales, a ellas se ingresa por vanos rectangulares con puertas gemelas de madera de una sola hoja decoradas con junquillos que forman motivos de lacería, ambas estancias son de planta rectangular y las cubre un alfarje de doble orden sin decoración sobre zapatas sencillas o calzos de madera que comprende las dos salas y el zaguán.
En el frente del zaguán hay una arco de yesería que reproduce uno nazarí sobre columnas pareadas de mármol blanco que da acceso a un distribuidor con una sala en el lateral izquierdo de planta rectangular cubierta con un alfarje de doble orden de vigas con decoración de estrellas en las calles y que se continúa en el distribuidor.
La escalera es de tres tramos y está cubierta con una armadura ochavada de limas mohamares sobre pechinas planas con el almizate apeinazado y decorado con lazos, al igual que la parte inferior de los faldones y las pechinas.
Las cubiertas del edificio son faldones inclinados de tejas cerámicas curvas hacia la fachada principal y aterrazados hacia el patio interior.
La fachada exterior se estructura en dos plantas. El piso inferior está compuesto por ventanales rectangulares verticales cerrados con rejas y con un friso de arquillos lobulados en la parte superior. Desplazada hacia el lado izquierdo se encuentra la portada principal, de piedra, con vano rectangular enmarcado por dos arcos de medio punto a los que se superponen uno conopial formado por delgados baquetones y flanqueados por pináculos, mientras que a ambos lados se sitúan los escudos de la familia Boabadilla izquierda, y Peñalosa, derecha; el conjunto de la portada se completa con una pilastra gótica con arquillos y capitel de hojas en cada extremo.
En la planta primera se sitúan balcones, más ancho el que cae sobre la puerta central, decoradas en jambas y dintel con molduras. El conjunto se remata por un alero con una cornisa de ladrillo pintada de rojo almagro formando ménsulas planas. En el extremo izquierdo ésta fachada presenta un chaflán en su unión al edifico colindante, y en el extremo derecho se levanta un pequeño cuerpo perpendicular.
El promotor del palacio debió ser don Antonio de
Bobadilla y Peñalosa, hijo de uno de los conquistadores de Granada,
Francisco Peñalosa, del que heredará los señoríos de Pinos y Beas
y el ducado de Abrantes.
El monumento en sus orígenes debió ser un palacio gótico y mudéjar. De estos estilos sólo se conserva la portada gótica y las techumbres de diversas estancias; alfarjes del piso inferior y de la sala del superior y las armaduras de la escalera y del salón principal, posteriormente encubierta por el techo de escayola que hoy se contempla. Las transformaciones que tuvo en el siglo XIX lo han convertido en la actualidad en un edificio de estilo historicista, de acuerdo con los gustos estéticos de este periodo, en el que se mezclan elementos neoárabes -alhambrismo- en la decoración de los arcos del zaguán y neorrenacimiento en la decoración de los salones del piso superior.
El monumento en sus orígenes debió ser un palacio gótico y mudéjar. De estos estilos sólo se conserva la portada gótica y las techumbres de diversas estancias; alfarjes del piso inferior y de la sala del superior y las armaduras de la escalera y del salón principal, posteriormente encubierta por el techo de escayola que hoy se contempla. Las transformaciones que tuvo en el siglo XIX lo han convertido en la actualidad en un edificio de estilo historicista, de acuerdo con los gustos estéticos de este periodo, en el que se mezclan elementos neoárabes -alhambrismo- en la decoración de los arcos del zaguán y neorrenacimiento en la decoración de los salones del piso superior.
Está inscrito como Bien de Interés Cultural (BIC) como
monumento, el 14/02/1984.
MODERNISMO.
El
modernismo, que en Andalucía también cuenta con destacados
ejemplos, es uno de los estilos menos estudiados de nuestro
patrimonio arquitectónico. Aunque con frecuencia se relaciona
únicamente con la figura de Anibal González, la arquitectura
modernista marca el florecimiento económico de la burguesía
industrial de diversas ciudades durante la fase final del XIX y
las primeras décadas del XX.
EDIFICIO DEL BANCO HISPANO AMERICANO.
El edificio del Banco Hispano Americano se sitúa en la
Gran Vía de Granada. Se llevó a cabo en el año 1919.
Se organiza en altura en tres cuerpos, con calles de
huecos que varían su tratamiento en cada uno de ellos. Así en el
bajo aparecen pilastras entre los huecos cerrados con rejería de
forja rematados con arcos carpaneles.
Sendas cornisas marcan el inicio y fin del cuerpo central. Contiene tres pisos, teniendo los huecos del primero balcones de piedra mientras que los altos son de forja. Las calles vienen marcadas por dobles pilastras.
En el cuerpo alto se doblan los huecos por calle, y aparece una balaustrada de remate de la cornisa, en donde se alternan pináculos y granadas. Finalmente un castillete con reloj se eleva rematando la zona central de la cornisa de la fachada principal.
El interior fue remodelado en la década de los setenta perdiéndose aspectos interesantes como el patio central y su artística cubierta de vidrios emplomados. Sí se conserva, en cambio, los azulejos granadinos de los zaguanes y el vestíbulo de entrada.
Sendas cornisas marcan el inicio y fin del cuerpo central. Contiene tres pisos, teniendo los huecos del primero balcones de piedra mientras que los altos son de forja. Las calles vienen marcadas por dobles pilastras.
En el cuerpo alto se doblan los huecos por calle, y aparece una balaustrada de remate de la cornisa, en donde se alternan pináculos y granadas. Finalmente un castillete con reloj se eleva rematando la zona central de la cornisa de la fachada principal.
El interior fue remodelado en la década de los setenta perdiéndose aspectos interesantes como el patio central y su artística cubierta de vidrios emplomados. Sí se conserva, en cambio, los azulejos granadinos de los zaguanes y el vestíbulo de entrada.
Los accesos, tanto al banco como a las viviendas, no ocupan lugares significativos ni se diferencian especialmente del resto de huecos de fachada en planta baja. La entrada a las viviendas se hace por un zaguán con escalinata de mármol y zócalo de cerámica policromada.
A un talante historicista inicial
(1900–1950), preocupado ante todo por la recuperación del pasado
grandioso, pero a la vez readaptado a los “nuevos tiempos”,
mezclando aportes del Neoclasicismo y el estilo francés “Napoleón
III”, se han solapado influencias constructivas y decorativas más
vanguardistas. La Gran Vía ha vivido el esplendor y el caos desde su
nacimiento en 1900. Utilizada en los años 20, fue olvidada en los 70
y finalmente revitalizada en siglo XXI siendo hoy la calle más
transitada de la ciudad.
El antiguo edificio del Banco
Central fue proyectado en 1914 por el arquitecto Ángel Casas, Junto
con el edificio del Antiguo Hotel Colón, el edificio del Antiguo
Banco Central es un valioso ejemplo de arquitectura
historicista-ecléctica.
ANTIGUO HOTEL COLÓN.
Este inmueble se encuentra en la esquina entre la Gran Vía de Colón y la calle de los Reyes Católicos. El edificio Colón se proyectó en 1905, por Juan Montserrat y Vergés, pero el arquitecto que llevó a cabo la dirección de obra desde 1906 hasta 1908. Es un edificio perteneciente al modernismo.
El inmueble, de claro estilo afrancesado, dispone de tres fachadas que dan a las calles Gran vía, Reyes Católicos y Zacatín. Estas fachadas están dispuestas en tres cuerpos separados por cornisas.
El
cuerpo inferior, formado por la planta baja y la entreplanta,
es donde se encuentran los bajos comerciales. Está formado por
huecos de gran altura enmarcados con pilastras almohadilladas. Las
pilastras que llegan hasta la entreplanta, enmarcan balcones
enrejados
El
cuerpo central ocupa tres plantas, que presentan seis y
cinco balcones adintelados en cada fachada. Los balcones de la
primera y tercera planta tienen balaustrada de piedra, mientras que
los de la segunda planta poseen una balconada de forja de hierro.
El
cuerpo superior, tiene un balcón abalaustrado y huecos
rematados con frontones curvos. Sus vistosos áticos están
abuhardillados, y cubiertos con pizarra. Todo el pabellón se corona
con una cúpula.
Pero
lo más característico de este edificio es su pabellón angular, con
cuatro plantas y que presenta tres huecos con balcones en cada
planta.
El edificio del Hotel Colón surge con
la apertura de la Gran Vía de Colón, paralela a la calle Elvira,
que destruyó el conjunto de callejas y plazuelas que existía desde
el Triunfo hasta la Calle de los Reyes Católicos. Para acometer esta
empresa se constituyó una Sociedad Anónima, la Reformadora
Granadina, comenzando la demolición de lo existente en el 25 de
agosto de 1894.
Sin embargo, el proyecto de hotel no
terminó de cuajar, por lo que en 1922 se adecuaron sus plantas altas
como inmueble de renta, sufriendo además modificaciones
principalmente en la planta baja, con la instalación de galerías
comerciales, los famosos Almacenes La Paz, a pesar de que este
comercio dedicado a la venta de tejidos cesara su actividad hace
mucho tiempo, después de haber estado abierto casi cincuenta años.
Mientras este comercio funcionaba, en Granada se decía que la Gran
Vía tiene lo mejor de la guerra, porque empieza en el Triunfo y
termina y empieza en la Paz.
A principios de la década de los años 90,en 1992, el arquitecto granadino Pedro Salmerón Escobar recuperó la dimensión y proporciones originales, añadiendo en el acceso una marquesina en perfilería de acero y vidrio armado.
Se encuentra inscrito en el BIC con código 180870269.
Actualmente se le llama Edificio de la Paz.
ARQUITECTURA
DEL HIERRO.
La revolución industrial, el progreso tecnológico y el
desarrollo del comercio, que se desencadenan en los países
democráticos desde finales del XVIII y principios del XIX, van a
incidir en la construcción hasta llegar a producir un estilo nuevo y
auténtico: la arquitectura fabril y ferroviaria, de hierro, vidrio y
ladrillo.
El puente tiene una longitud de 145 metros y una altura
a salvar de 33 metros. Cuenta con una estructura íntegramente
metálica, incluidos los dos castilletes que descansan sobre los
estribos de mampostería y hormigón que sujetan la estructura del
puente, con remaches metálicos en la unión de la estructura. El
inconveniente de esta solución constructiva era la limitada carga
que podían soportar, lo que obligó a utilizar un material motor
específicamente adaptado a esas condiciones, como lo fueron las
míticas locomotoras diesel Alco de la serie 1300.
En un principio estaba previsto que el arroyo de El Baúl se salvara construyendo un puente aguas más abajo de donde fue construido finalmente, pero se desechó esta primera opción, ya que por allí el ancho del arroyo era superior y el puente se estimaba que no tendría garantías de firmeza. Construyéndose finalmente en el emplazamiento actual, que se estimó el más idóneo y el terreno más firme.
Está inscrito en el Atlas de Patrimonio Industrial de
Andalucía Oriental.
Colocado
sobre el río Gor. Los trabajos se realizaron entre 1893 y 1895.
Como
todo puente de ferrocarril no es tal sino un viaducto, en el que la
geometría viene totalmente determinada por los requisitos del medio
de transporte no del obstáculo al salvar. Así, este puente está
construido por vigas metálicas en celosía unidas por roblones, con
un largo total de 199,93 metros, distribuidos en tres luces (visto
aguas arriba) de 57,75 metros (11 paneles de 5,25 m3),
83,25 m (con 3 tramos de 26,55 m 5 paneles de 5,25 m3
-, 30,13 m 6 paneles de 4,87 m3
y 26,55 m -5paneles de 5,25 m3-)
y 57,75 m. Las pilas son ambas tronco piramidales de celosía con
25,50 m de altura, con unos pedestales de fábrica de hormigón de 6
metros a la izquierda y 12,3 m. A la derecha que hubo que hacer para
recrecer las pilas porque el arroyo de Gor, donde anteriormente
estaba colocado, es menos profundo que el valle que actualmente
salva.
Está inscrito en el Atlas de Patrimonio Industrial de Andalucía como puente. (nº 91
abril
2017 pp. 82-89)
-LAURA COBO SÁNCHEZ.
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