SEVILLA
NEOCLÁSICO
El término Neoclasicismo surgió
en el siglo XVIII para denominar al movimiento estético que venía a
reflejar en las artes los principios intelectuales de la ilustración, que
desde mediados del siglo XVIII se venían produciendo en la filosofía y
que consecuentemente se habían transmitido a todos los ámbitos de la cultura.
Sin embargo, coincidiendo con la decadencia de Napoleón Bonaparte, el
Neoclasicismo fue perdiendo adeptos en favor del Romanticismo.
IGLESIA DE SAN ILDEFONSO
La Iglesia de San
Ildefonso de Sevilla, ubicada en la plaza del mismo nombre, es un templo y
una sede parroquial cuya construcción se inició en 1794 siendo terminada en el
año 1841, según proyecto de Julián Barnecilla, ejecutado por el también
arquitecto José Echamorro.
La iglesia responde al
estilo neoclásico propio del momento y se plantea con una especial
monumentalidad, dentro del casco histórico de la ciudad.
Exteriormente la iglesia cuenta con dos portadas muy diferentes.
La principal, de gran monumentalidad y porte, a los pies de la iglesia, está
flanqueada por dos altas torres gemelas que centran la puerta de entrada a la
que se accede a través de un pequeño atrio con reja. Esta portada presenta dos
cuerpos de altura: el inferior queda compuesto por una pareja de columnas
jónicas a cada lado de la puerta situadas en distinto plano que permite sobre
ellas un entablamento muy movido sobre el que apoyan pequeños pilares con
jarrones de piedra. Tras ellos, y ya en el segundo cuerpo, se levantan tres
columnas corintias a cada lado, que centran una hornacina con la imagen del
titular, San Ildefonso, sobre el que se alza un frontón curvo partido para
alojar en el centro las insignias del santo.
Las torres, de cuidadas proporciones y con tres cuerpos de
altura de sección decreciente, presentan un moderado barroquismo en su diseño.
De planta cuadrada en el primero, pasa a ser octogonal en el segundo y circular
en el tercero; y se enmarcan entre finas columnas blancas, de orden jónico en
el primer caso y corintio en los dos restantes, que ayudan a reafirmar la
imagen estilizada de esta fachada.
De un estilo marcadamente neoclásico es la portada lateral
existente en el muro de la nave del evangelio, que da a la calle Rodríguez
Marín. Es de proporciones bastante más reducidas y de líneas muy elegantes y
sobria.
Organizada a partir de gruesas columnas pareadas de orden
toscano situadas a cada lado de la puerta de entrada, sobre ellas se dispone un
clásico entablamento de cornisa muy volada que da paso a un segundo cuerpo que presenta
en su centro una placa conmemorativa sostenida por pequeños ángeles,
rematándose superiormente todo el conjunto por un sencillo frontón triangular.
Interiormente la iglesia muestra las ajustadas proporciones y la
solemnidad que le otorgan los cánones del neoclásico. Consta de tres naves, con
crucero y presbiterio, quedando separadas sus naves con pilares cuadrangulares
a las que se adosan altas pilastras jónicas cajeadas en los frentes de la nave
principal y el crucero.
Como es habitual en este tipo de templos, esta nave y los brazos
del crucero se cubren con bóvedas de cañón con lunetos; mientras que en su
encuentro se cubre con una clásica cúpula sobre pechinas, con tambor y
linterna; quedando las naves laterales cubiertas por bóvedas de arista.
REAL FÁBRICA DE TABACOS
La La Real Fábrica de Tabacos de Sevilla fue la sede de la
primera fábrica de tabacos establecida en Europa. Es el edificio industrial más
importante de España del siglo XVIII
Tiene la calificación de Bien de Interés Cultural desde 1959,
con categoría de Monumento Histórico. Desde mediados del siglo XX alberga la
sede del rectorado de la Universidad de Sevilla y de algunas de sus
facultades.
En 1620 ya existía una fábrica de tabacos en unas casas situadas
en la collación de Sn Pedro. Fue fundada por el armenio Juan Bautista Caraffa.
Esta fue la primera de Europa. Tuvo tres ampliaciones: hacia 1647, entre 1669 y
1674 y en 1688. En 1760 esta fábrica cerró y la producción de tabacos pasó a
una nueva fábrica, situada a extramuros de la ciudad.
El Estado se hizo con el monopolio de la renta del tabaco en
1636. El Estado arrendaba las fábricas a un intermediario para que produjese y
poder obtener ganancias. Entre 1684 y 1687 se suprimió a este intermediario y
la Real Hacienda tomo el control directo de las fábricas (antecedente de lo que
ocurriría en el siglo XVIII).
En 1701 el Estado limitó el sistema de arriendos del tabaco a
las producciones al por menor. En 1730 el Estado asumió el control completo de
las fábricas de tabacos.
El edificio industrial, del siglo XVIII, es uno de los de
mayores dimensiones y mejor arquitectura de su género en España, a la vez que
uno de los más antiguos de esa tipología que se conservan en Europa de la
época del Antiguo Régimen.
Como edificio, se extiende sobre una superficie de carácter
rectangular de 185 x 147 metros, con ligeros salientes en sus ángulos. En
España solo el monasterio de El Escorial, que ocupa un área de 207 x 162
metros, supera su tamaño. El recinto se encuentra rodeado en tres de sus lados
por un foso que lo aisla del exterior, presenta alzado en dos plantas y
entresuelos en las áreas residenciales.
Arquitectónicamente destaca su esquema general de referencias
renacentistas, con aires herrerianos en su planta, patios y detalles de remate
de las fachadas, sin olvidar las semejanzas con motivos de los arquitectos
Sebastiano Serlio y de Palladio. Sus fachadas realizadas en cantería, se
encuentran moduladas por Pilastras que se elevan sobre un pedestal que
recorre el inmueble.
En el edificio se pueden distinguir dos zonas diferentes, una primera
área dedicada propiamente a la actividad de fabricación que ocupa dos terceras
partes del edificio y por otro lado una zona que puede ser denominada palacial
que correspondería a la entrada por la calle San Fernando, que comprendía
vestíbulo, almacenes y viviendas.
En su fachada principal se aprecia la influencia del estilo
barroco, presenta una portada con doble columnas a cada lado y en la planta
superior, balcón balaustrado y remate con tímpano decorado con atributos
reales. Por encima, se levanta una estatua de la Fama, y jarrones de azucenas,
obras de Cayetano de Acosta; al mismo autor portugués se deben también las
fuentes de mármol blanco de los dos patios interiores y los pináculos que
decoran las cuatro esquinas del edificio. En el arco de ingreso se destacan
relieves con temas concernientes a la historia y elaboración del tabaco. El
inmueble se encuentra rodeado por un foso en la mayor parte de su perímetro
debido a su construcción extramuros adosado a parte de las murallas de la
ciudad por esa zona.
Por sus grandes dimensiones, Richard Ford lo definió como
el "Escorial tabaquero" en 1845. El historiador Antonio Bonet Correa
lo definió como un "palacio de la Industria".
El interior de la zona de fábrica estaba primitivamente dividido
en grandes naves, alguna de las cuales medía más de 150 metros de largo. La
zona noble contenía dos viviendas para el superintendente y el director de la
fábrica en las zonas extremas en el centro tras la entrada principal se
encontraba la zona de oficinas, en donde se encuentra una gran escalera doble
que termina en el actual paraninfo de la universidad. En 1956 Antonio Carro
Correa y su mujer Carmen Jiménez Serrano esculpieron la ornamentación
de las nuevas puertas que se abrieron en las fachas este, sur y oeste de la
antigua real fábrica para ser portadas de las nuevas facultades de la
Universidad de Sevilla, correspondientes a Derecho, Ciencias y de Filosofía y
Letras.
HISTORICISMOS
El historicismo, también denominado romanticismo, desarrollado principalmente en
el siglo XIX y principios del XX concentraba todos sus esfuerzos en
recuperar la arquitectura de tiempos pasados. Se trataba de imitar estilos
arquitectónicos de otras épocas incorporándole algunas características
culturales de ese siglo mientras que la arquitectura eclética se dedicaba
a mezclar estilos para dar forma a algo nuevo.
Podemos destacar diversas corrientes como las neobizantinas,
neomudéjar, neobarrocas... aunque la que más auge tuvo fue la neogótica practicada
en las Islas Británicas que se basaba, como bien indica su nombre, en un
nuevo gótico resucitado. Entre las edificaciones realizadas según este estilo
destaca el Parlamento Británico, proyectado por A. W. Pugin (1812-1852) y
Charles Barry (1795-1860). También tuvieron mucha importancia algunas variantes
orientales, como el neogótico-indio, dentro del cual podemos destacar como
ejemplo el Pabellón Real de Brighton, obra de John Nash (1752-1835). En
España, destacó la corriente neomudéjar, como expresión de un estilo propio y
nacional.
MUSEO DE ARTE Y COSTUMBRES POPULARES
El Museo de Artes y Costumbres
Populares de la ciudad de Sevilla, está localizado en el Parque de María
Luisa, dentro de la Plaza de América, popularmente llamada “parque de las
palomas”. Al otro lado de la plaza se encuentra el Museo Arqueológico. Fue el
Pabellón de Arte Antiguo de la Exposición Iberoamericana de 1929.
Está centralizado en el anteriormente conocido como Pabellón
Mudéjar, edificio historicista de estilo neomudéjar construido en 1914 sobre un
proyecto realizado en 1913 que lo sitúa donde ahora se levanta, con motivo de
la Exposición Iberoamericana de 1929 por el arquitecto Aníbal González,
autor también de los otros edificios levantados en la misma Plaza de América,
lugar donde se ubica este museo. Durante la Exposición Iberoamericana fue
el Pabellón de Arte Antiguo o de industrias y artes
decorativas, y es conocido como pabellón mudéjar por su
estilo constructivo, en ladrillo visto con aplicaciones de cerámica, repleta de
motivos llenos de fantasía.
Este pabellón, antes de ser museo ha estado destinado a otros usos
desde su fecha de construcción.
En principio constaba de dos plantas sobre una cámara de
aireación para evitar la humedad. Se realiza una mejora durante la década de
1960 en la planta principal, que tenía más de doce metros de altura, y se
dividió con una planta artificial (corresponde a la planta primera) por el
arquitecto Delgado Roig. En 1972 se unen las plantas con una gran escalera de
caracol que diseña el arquitecto José Galnares Sagastizábal, trabajo que
realiza después de que la construcción fuese designada para albergar el museo
por el Decreto de Creación del Museo de Artes y Costumbres Populares de
Sevilla, con fecha de 23 de marzo de 1972, constituido como una sección del
Museo de Bellas Artes.
Sus funciones como museo se desarrollan desde el 4 de marzo de
1973, fecha en que abre sus puertas al público.
Como todavía no era propiedad de la ciudad completamente, en el
siguiente septenio fue dependencia de distintos servicios tanto del Ministerio
de Educación y Ciencia como del Ayuntamiento de Sevilla que ocupaban la
mitad del edificio, su mala conservación y la necesidad de reformas provocaba
incertidumbre entre los dos organismos y ninguno tomaba la iniciativa para
innovarlo.
Los problemas de mantenimiento más acuciantes fueron tan
importantes que el museo se vio obligado a cerrar sus puertas en distintas
ocasiones por distintas causas: en 1976, por falta de pago se suspendió el
suministro de energía eléctrica por la Compañía Sevillana de Electricidad; en
1979, por las lluvias, y aprovechando el cierre se habilita en la planta
semisótano un taller de restauración y almacén; y en 1980 por restauraciones
que realiza el Ayuntamiento.
Sus dependencias pasan a ser museo íntegramente el 26 de marzo
de 1980 cuando el Ayuntamiento en Pleno adopta un acuerdo de cesión de uso como
sede del Museo de Artes y Costumbres Populares, con carácter indefinido
mientras sea para ese cometido, con el compromiso de acondicionarlo por parte
del Ministerio.
El cometido del acondicionamiento se encarga al arquitecto
Fernando Villanueva Sandino que convierte la primitiva cámara de aireación en
una nueva planta semisótano. Es la última rehabilitación hecha en el edificio
antes de su cesión total a la Comunidad Autónoma de Andalucía, con lo que el
museo consta de cuatro plantas.
Tras las últimas rehabilitaciones, su reapertura se efectúa en
1984 haciéndose coincidir con la transferencia de la gestión de museos de
titularidad estatal a la Comunidad Autónoma de Andalucía, firmándose el
convenio de gestión el 18 de octubre de 1984.
Es el propio taller de restauración el que se encarga de
realizar las diversas restauraciones tanto de piezas como del edificio. Así el
año 2005 se dedica a restaurar el artesonado del Salón Orleans que está en la
planta segunda del museo.
Debido a infiltraciones de agua, el artesonado con lacería de
madera estaba en muy mal estado de conservación, el fresco del techo había
perdido parte de capa pictórica y preparación, existiendo en su lugar una
laguna de gran tamaño, observándose deformaciones y pérdidas en la madera,
lagunas, falta de adhesión y desprendimiento.
La restauración consistió en enumerar y desmontar la zona de
lacería donde se presenciaba la laguna, hubo que desmontar el friso y una zona
de moldura superior. Para volver a reintegrarlo hubo de echar una nueva lechada
de yeso como base. El tratamiento que se le hizo fue de limpieza, fijación,
eliminación de deformidades, reposición de piezas casi perdidas, reintegración
a su lugar y protección final.
CAPILLA DEL CARMEN
La capilla del Carmen es una pequeña
capilla que se encuentra en el barrio de Triana, en Sevilla, Andalucía, España.
Está ubicada en el lado oeste del Puente de Triana. Fue construida diseñada por
el arquitecto Aníbal González y su construcción finalizó en 1928.
En 1918 se construyó un nuevo tablero más ancho
y robusto para el puente de Triana y eso trajo consigo el ensanche de las
calles que desembocaban en él. La ampliación de la calle por el lado de Triana
produjo que la entrada del puente se acercara más a la puerta del mercado de
abastos. Por esto se construyó una escalera frente a la entrada del mercado
para poder acceder al puente. Esta obra también trajo consigo la destrucción de
la antigua capilla existente. La devoción de los vecinos por la Virgen del
Carmen llevó al Ayuntamiento a encargar una nueva capilla al arquitecto Aníbal
González, que se finalizó en 1928.
Se trata de un edificio de pequeñas dimensiones. Está realizada
de ladrillo visto y cerámica de Triana, obra de Emilio García García, que
colaboró en el proyecto junto a Aníbal González.
La construcción consta de dos cuerpos unidos por otro
rectangular. Uno es un edificio bajo con una cúpula recubierta de cerámica. En
la cúpula se encuentra el escudo de la Orden del Carmen. Sobre la cúpula hay un
pequeño templete con columnas verdes y dentro del mismo unas esculturas de
Santa Justa y Rufina que escudan a la Giralda. El segundo cuerpo de planta
octogonal, es una torre más esbelta y alta a modo de campanario. Por sus
pequeñas dimensiones, ha sido comparado con un templete o humilladero.
MODERNISMO
Modernismo es el término con el que se designa
a una corriente de renovación artística desarrollada a finales del siglo
XIX y principios del XX
Dos ideas son fundamentales para entender la
cultura moderna que estaba emergiendo: la conciencia de que “el futuro ya ha
comenzado”, que se relaciona con el concepto de progreso; y la convicción de
que para tener futuro no sirven las pautas o doctrinas de etapas anteriores,
sino que es necesario crear sus propias normas. Existe la ruptura con el pasado
y la apuesta con el futuro desde el mismo presente.
CASA DE LAS MOSCAS
La casa de pisos situada en la Calle Adriano esquina
a Pastor y Landero, popularmente denominada como casa de las moscas por el
dibujo de sus azulejos, representa una de las obras más interesantes del
arquitecto sevillano Antonio Gómez Millan.
La
obra se lleva a cabo entre los años 1912 y 1914, en un solar de forma
difícil y poco habitual que forma un trángulo con fachadas a la Calle Adriano y
a la anteriormente denominada Calle Pópulo, hoy Calle Pastor y
Landero, más un tercer lado adosado a medianera.
Es
este un edificio de un modernismo personal y tardío de Gómez Millán, construido
en un tiempo en el que coexisten varias tendencias arquitectónicas distintas;
en el que desde el poder local se trataba de imponer un "estilo
sevillano", especialmente con vistas a la próxima Exposición Hispanoamericano del
29, y cuando aún estaba vigente el historicismo en la arquitectura de la
ciudad.
Con
un programa previsto que desarrolla la planta baja para locales comerciales y
las dos plantas superiores para viviendas, el edificio se construye disponiendo
sus crujías paralelas a las calles anteriormente citadas y a la medianera,
reservando un espacio central vacío en forma triangular como patio de luces.
Consciente
su autor de la importancia de la esquina y de la perspectiva que el edificio
adquiere desde la amplia calle Adriano, plantea en ese punto una solución
original y brillante que marca y enfatiza con un diseño personal y cuidado,
volando decididamente sobre ella las dos plantas superiores.
En
la obra realizada predomina la horizontaidad y la reiteración de elementos
habituales de su autor, tales como la superposición de huecos
adintelados sobre otros de medio punto, las líneas paralelas rehundidas, o
los originales remates sobre el apretilado superior. Otros elementos más
novedosos como las finas columnillas de la fachada, sirven de contrapunto
vertical en la composisicón de las fachadas, que mantienen un ritmo compositivo
de gran movilidad y soltura.
Un
aspecto singular en este edificio es su cuidada ornamentación, a base de paños
cerámicos con azulejos de clara factura modernista. En ellos, y con un bello
trazo estilizado, se representan temas recurrentes de tipo floral entre los que
aparecen pequeños animales como abejas, mariposas o caracoles subiendo por los
tallos, todo ello sobre un fondo de brillante color amarillo.
CASA LAUREANO MONTOTO
La Casa Laureano Montoto de Sevilla es
un edificio modernista situado en la calle Alfonso XII, y realizado por el
célebre arquitecto local Aníbal González para su titular, don Laureano
Montoto.
Esta
suntuosa casa se levanta en el que iba a ser uno de los nuevos grandes ejes de
la ciudad, previsto en tiempos de ensanches para comunicar la céntrica plaza
del Duque con la histórica Puerta Real, pasando por la plaza del Museo.
El
edificio lo proyecta su autor en el año 1901, fruto de sus estudios académicos
acabados en Barcelona, y de las tendencias estéticas propias del momento,
cuando Aníbal González realiza unas primeras obras de tendencia modernistas,
entre las que se encuentra este valioso edificio, acabado en 1906.
Ornamentada
con figuras mitológicas, especialmente dragones, y elementos de carácter
naturalista, la casa se construye en ladrillo visto, donde incluye elegantes
balcones de piedra blanca en los que predominan las formas curvas.
Destaca
en ella la decoración floral que aparece especialmente en la cornisa bajo la
última planta, y también sobre los huecos de la planta principal, incrustada en
una especie de corona polilobulada que, creada en color blanco, se hace
especialmente visible en la fachada.
Muy
importante es también el uso de la forja en esos balcones, así como los frisos donde
se repite la decoración a base de motivos naturales.
En
buen estado de conservación, este edificio de la calle Alfonso XII representa
uno de los mejores experimentos modernistas realizados en la ciudad de Sevilla,
donde existen algunos otros ejemplos de notable importancia.
ARQUITECTURA DEL HIERRO
Arquitectura en hierro, del
hierro o arquitectura metálica son denominaciones historiográficas
de una técnica constructiva y estilo arquitectónico del siglo XIX,
originados en la disponibilidad de nuevos materiales que se produjo durante la
Revolución Industrial. En época preindustrial hubo esporádicamente
construcciones de hierro, y hay testimonios de construcción de varias
pagodas chinas en hierro en la dinastía Tang (en el siglo IX; no
confundir con la llamada pagoda de Hierro, realmente de ladrillo, cuyo color se
asemeja al del hierro). Tampoco debe confundirse con la arquitectura de la
Edad de Hierro, de las primeras civilizaciones históricas o protohistórica, en
el I milenio a. C.
La referencia al hierro debe entenderse una denominación
genérica, ya que realmente se usó tanto hierro, como diversas fundiciones y
acero.
La estación plaza de armas , conocida
popularmente como estación de Córdoba, fue una estación ferroviaria, construida
por la compañía ferroviaria privada Madrid-Zaragoza-Alicante comenzando las
obras en 1899 según el proyecto del ingeniero portugués José Santos Silva, y
fue inaugurada el 18 de marzo de 1901.
De estilo Neomudéjar está inspirada en la Mezquita de
Tánger y en el Patio de los Leones de la Alhmbra de Granada, está
dividido en 3 cuerpos. El central y más amplio está cerrado por uno de los
lados con una gran vidriera de cristal y hierro formada por arcos
polilobulados, mientras que la parte opuesta, quedaba abierta para el tránsito
de los trenes, que partían de la estación en perpendicular a la entrada
principal del edificio, siendo la estación de fondo de saco.
Tras la guerra civil, pasó a integrar parte del patrimonio de
RENFE junto a la conocida como estación de Cádiz;3 Desde
entonces, Plaza de Armas, al ser una estación en fondo de saco, es destino de
los trenes cuyo recorrido, empieza o termina en Sevilla, y San Bernardo, es la estación
en la que paraban los trenes que pasan por Sevilla. En 1982, se otorgó a RENFE
el premio Brunel, concedido por la Unión de Ferrocarriles Europeos, por las
reformas llevadas a cabo en Plaza de Armas con motivo del mundial de fútbol de
1982.
Funcionó como estación hasta el 29 de septiembre de 1991,
fecha en la que partió el último tren con destino a Madrid, cerrando sus
puertas al día siguiente. Desde entonces, y hasta el el 2 de mayo de 1991, se
concentra el tráfico ferroviario en la Estación de San Bernardo llegando desde
entonces los trenes a Sevilla a la Estación de Santa Justa, desmontandosé poco
después las vías ferroviarias que llegaban hasta la estación para ampliar la
calle Torneo. Durante la Expo´92, fue utilizada como parte del llamado Pabellón
de Sevilla,2 que si
bien no contaba con pabellón propio en el interior de la muestra, contaba con
una serie de edificios históricos usados como tal repartidos por la ciudad.4
Posteriormente, el edificio estuvo sin uso, hasta que en 1999 reabrió al
público como centro comercial y de ocio que alberga varias salas de cine,
locales de restauración y moda.
Se llevaron a cabo una serie de reformas, conservándose el
edificio prácticamente sin alteraciones importantes. Las reformas más
llamativas fueron la nueva vidriera de acero y cristal, que cerraba la zona de
andenes en el lado opuesto a la antigua vidriera y la construcción sobre la
zona de andenes de módulos para comercios y restaurantes.
PUENTE DE TRIANA
El Puente de Isabel II, conocido popularmente
como Puente de Triana, es un puente situado en Sevilla. Une el centro de
la ciudad con el barrio de Triana, cruzando el río Guadalquivir. Sustituyó en
el siglo XIX a un viejo puente de barcas que existía en su lugar, constituyendo
el puente de hierro más antiguo conservado en España. Su construcción
finalizó en 1852, bajo el reinado de Isabel II, motivo por el que ostenta dicho
nombre.
Los ingenieros franceses Fernando Bernadet y Gustavo Steinacher
trabajaban en Puerto de Santa María en la construcción de dos puentes,
llamados de San Pedro y San Alejandro. Los dos puentes sustituirían a dos
puentes de barcas en la carretera de Sevilla-Cádiz y se inauguraron en 1846.9
En marzo de 1844 Bernadet y Steinacher presentaron al
Ayuntamiento sevillano tres propuestas de puentes: de piedra, colgado de
alambres y de hierro colado con dos pilastras centrales. Explicaron las
características y ventajas de cada modelo a la Comisión de Puente del Municipio
y mencionaron también la experiencia adquirida por los franceses con el Puente
de Austerlitz de París y el Puente del Carrousel de la misma
ciudad. En abril de 1844 la Comisión dio su aprobación a la edificación del
puente con arcos de hierro y dos pilares en el río, por su solidez y belleza.
El puente costaría 12 millones de reales, que se pagarían durante 25 años.
El Ayuntamiento había solicitado al Estado el derecho de imponer
un pontazgo (tasa para pasar por el puente) durante diez años para
financiar el puente. En abril de 1844 el Ayuntamiento recibió la autorización
para instaurar dicho pontazgo. No obstante, en noviembre el ayuntamiento
solicitó una autorización para sustituir el pontazgo por dos
portazgos (tasa por pasar por una determinada zona). La autorización le
fue concedida. Los portazgos se pagaban en El Tardón y en el Patrocinio. El
dinero recaudado iría para pagar la construcción del puente, pero, mientras
esta construcción no empezase, se destinarían los fondos a la Diputación
Provincial para costear la carretera de Huelva.
El concurso público para la obra fue anunciado en el Boletín de
la Provincia el 14 de diciembre de 1844, con la esperanza de adjudicar la
construcción el 15 de febrero. Entre otras condiciones, se impuso que las
piezas de fundición fueran hechas en España y el plazo de ejecución fue fijado
en tres años.
El 15 de febrero se presentaron seis proposiciones, con
diferentes plazos para el cobro. Antonio del Valle ofrecío ejecutar la obra con
un plazo de cobro de 29 años y 6 meses; Benito Ferrer con 16 años; Calixto
Barbouza, con 23 años y 11 meses; y Bernadet y Steinacher por 17 años, 10 meses
y 9 días.
Los escogidos fueron los franceses Berdarder y Steinacher, a los
que también se les contrató para trasladar el Puente de Barcas más al sur para
poder construir el nuevo en su lugar.12
El diseño escogido era análogo al del Puente de los Santos
Padres o Puente del Carrousel sobre el río Sena, que había sido ejecutado en
1834 por el ingeniero francés Polonceau. El puente parisino fue demolido a
comienzos del siglo XX y sustituido por uno de hormigón. El Puente de Triana
sería más grande que el francés, ya que la anchura del Sena en aquel lugar era
solamente dos tercios de la del Guadalquivir a su paso por Sevilla.
A finales de abril de 1844 la Junta Consultiva de Caminos y
Canales aprobó el proyecto del puente que presentaron los ingenieros franceses,
no sin añadir cuatro prescripciones técnicas adicionales. La cuarta de estas
prescripciones era que la piedra de la Isla de San Fernando, prevista para
todos los elementos pétros de la infraestructura, debería sustituirse por
piedra de otro lugar por motivos estéticos, al menos, en los paramentos.
El traslado del Puente de Barcas se llevó a cabo el 30 de junio
de 1845 y costó 70.000 reales.
En agosto la Comisión de Puente Municipal dio su aprobación a la
sustitución de la piedra de la Isla de San Fernando, en la provincia de Cádiz,
por piedra de zona de Matasanos, en la provincia de Badajoz. La primera piedra
del nuevo puente se colocó el 12 de diciembre de 1845 en el lado este.
En abril de 1846 Bernadet dejó la construcción y quedó
Steinacher como contratista único. En 1848 Steinacher solicitó a la Comisión
de Puente un año de prórroga para terminar el punte, aduciendo inconvenientes
ajenos a su responsabilidad. Tras algunas reticencias y concidiones, la
Comisión aceptó.
Los materiales utilizados en el puente de Triana fueron pilares de
piedra y hierro, sin utilización de madera. En la orilla de Triana se
estableció una gran rampa de contención que llega hasta la calle de San Jorge.
Las 27.248 piezas de metal, de 19000 quintales de peso, fueron realizadas por
la fundición de San Antonio. Esta fundición fue creada por Narciso Bonaplata en
el Convento de San Antonio, que había sido exclaustrado en la desmortización de
1835. El hierro de las piezas fundidas procedía de Guriezo y el hierro dulce
maleable, para las forjadas, procedía de las siderurgias del Pedroso, Marbella,
Vizcaya y Escocia.
A partir de 1848 Steinacher tuvo algunos conflictos
administrativos con el banquero Francisco Javier de Albert, que estaba
financiando la obra. Estos conflictos llevaron a la paralización temporal de
la obra y, en enero de 1849, la Comisión de Obras Públicas propuso al alcalde
que se retirara a Steinacher del proyecto por incumplir el contrato. El
Ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas aprobó el cese del contrato
y Steinacher tuvo que entregar la obra y los materiales. En 1851 se hizo cargo
de la obra el ingeniero Canuto Corroza, que realizó algunas modificaciones
leves.
La construcción terminó en 1852. El 29 de enero de 1852 se
llevaron a cabo las pruebas de carga. La inauguración se realizó el 23 de
febrero de 1852. La inauguración tuvo lugar con una procesión que empezó en la
parroquia trianera de Santa Ana En la procesión iban el arzobispo, el
gobernador civil Francisco Iribarren, maceros, la banda municipal y un desfile
militar presidido por el capitán general de Sevilla. El arzobispo bendijo el
puente en su mitad con el nombre de Isabel II. Ese mismo día hubo fiestas
municipales, como cucañas, concursos de natación y conciertos de bandas de
música. Para su apertura al público se esperó a una ordenanza que regulase el
tráfico. La apertura al público tuvo lugar el 30 de junio de 1852. El 9 de
mayo de 1852 el Capitán del Puerto dio normas para la navegación en los
alrededores del puente.
El antiguo puente de barcas se subastó (para el aprovechamiento
de sus materiales) en 1852 y fue adjudicado por 77.070 reales de vellón.
Durante los años 50 del siglo XIX se construyeron los muros que
hay a los lados del puente para facilitar el acceso. En 1857 un trabajador
murió en el transcurso de estas obras.
Durante los años 50 y 60 del siglo XIX el ayuntamiento estudió
la posibilidad y el coste de decorar el puente con una estatua de metal de la
reina Isabel II o con un par de leones con los escudos de España y Sevilla,
pero el proyecto no se llevó a cabo.
Ylenia Martínez